miércoles, 12 de junio de 2013

Wagner: El holandés errante

Estela Martínez, alumna de 3º A, es la autora de este trabajo:

Richard Wagner

Wilhelm Richard Wagner nació el 22 de mayo de 1813 en Leipzig, Reino de Sajonia, Confederación del Rinfue. Fue compositor, director de orquesta, poeta y teórico musical alemán. Su figura ha pasado a la posteridad principalmente por sus óperas (también calificadas como "dramas musicales") en las que, a diferencia de otros grandes compositores, asume también la escenografía y el libreto.

Las obras de Wagner, particularmente las de su última etapa, destacan por su textura contrapuntística, riqueza cromática, armonía y orquestación, y un elaborado uso del leitmotiv. Wagner fue pionero en varios avances del lenguaje musical, tales como un extremo cromatismo (asociado con el color orquestal) o el cambio rápido de los centros tonales, lo que influyó en el desarrollo de la música docta europea.

Transformó el pensamiento musical a través de la idea de Gesamtkunstwerk ("obra de arte total"), la síntesis de todas las artes poéticas, visuales, musicales y escénicas queda plasmada en su monumental ópera dividida en cuatro partes El anillo del Nibelungo. Wagner construyó su propio teatro de ópera para escenificar estas obras del modo en que él las imaginaba.

Wagner muere en Venecia el 13 de febrero de 1883, a causa de una crisis cardiaca.



Personajes

Holandés. Capitán del barco que surca los mares por toda la eternidad como castigo por haberse enfrentado al diablo, provocándolo al intentar vencer el paso de un peligroso cabo. Cada siete años amarra y desembarca para buscar una mujer que le redima del pecado. Es un papel para bajo con buena zona aguda. Más que resistencia, pide carácter, amplitud, dimensión

Martha Fuchs como Senta (1936)
Daland. Capitán de barco noruego; hombre de traza exasperantemente burguesa y mercantilista. Otro bajo, pero de bastante menor relevancia canora y dramática

Senta. Hija del marino Daland. Prometida de Erik. Redentora del Holandés. Es un papel para soprano dramática que se mueva muy bien en lo alto de la tesitura

Erik. Un cazador. Perdidamente enamorado de Senta. Hecho un lío por la relación que se establece entre su novia y el extranjero Holandés. Un tenor al que se le exige depurada línea “a la italiana

Timonel. Tenor lírico. Se le suele asignar un valor menor, pero en el contexto de la obra es el que nos informa de los aspectos de la vida marinera, algo relevante para comprender las relaciones establecidas entre los personajes principales

Coro.  Marineros noruegos y tripulación del barco del Holandés. Hilanderas.



La trama

   Acto primero. Tras una tempestad que les ha apartado del puerto, Daland y su tripulación regresan a sus casas. El capitán sitúa al timonel en la guardia del barco, y éste, tras referirse a los distintos aspectos de la vida marinera, es vencido por el sueño, con lo que no ve aproximarse al inmenso barco de velas rojas del Holandés. Éste desembarca, nos explica quién es y por qué está ahí con sus marineros-muertos-vivientes: condenado a vagar por los mares, cada siete años dispone de un día para encontrar a una mujer que lo ame con absoluta fidelidad, y, así, lo redima. Después se encuentra con Daland, con quien “negocia” conocer a su hija Senta. Le ofrece riquezas y tesoros a cambio; a Daland le entusiasma la idea.


  
 Segundo acto. Senta, su criada Mary y las hilanderas en la casa de Daland. La joven doncella, en la famosa Balada, explica a todas sus compasivos deseos de redimir al Holandés (que tiene ante sí, en un retrato) amándolo. Erik, el novio de toda la vida de Senta, un tanto inseguro, pide a ésta que le confirme su amor. Llegan Daland y el Holandés, y éste queda fascinado por la muchacha, que también está por la labor: lo salvará con su amor fiel.



   Tercer acto. Coro de marineros noruegos. Celebran su llegada a puerto. Invitan a sus colegas del barco del Holandés, pero los espectros no contestan. En la casa de Daland, Senta y Erik hablan y éste le exige fidelidad. Se produce un malentendido, el Holandés entiende que Senta no le ha sido fiel y decide hacer mutis. Pero Senta, para demostrarle su fidelidad se lanza al mar. El barco se hunde, y aparecen, elevándose sobre él, los espíritus, abrazados, de Senta y el Holandés.



Historia

   Tras los primeros “ensayos” operísticos de Wagner, El holandés errante se erige como el primer gran logro dramático de su autor. La obra nace impulsada por el mito del judío errante, una leyenda que Wagner conoció a través de diversas lecturas, pero sobre todo a raíz de tomar contacto con una obra de Heine, las “Memorias del señor Schnabelewopski”, que desarrolla la redención por el amor del personaje. Por otro lado, la salida de Wagner y su esposa Minna, aportó a éste una serie de imágenes visuales que después determinarían el desarrollo del Holandés. En ese azaroso viaje en un barco en pésimas condiciones y cargado hasta arriba de cereales, hubo varias tormentas que obligaron al capitán a atracar en un puerto noruego: aquel paisaje, aquel mar, aquellas tormentas definieron el espacio físico de El Holandés Errante, que Wagner comenzó y concluyó ya en París, tas salvar no pocas necesidades materiales.



  El estreno absoluto se produjo en Dresde en 1843. Pero Wagner tuvo que hacer algunas reformas importantes para que le aceptaran la ópera. Él la había concebido en tres actos que habrían de representarse sin interrupciones, pero los tuvo que separar. Por otro lado, tuvo que reescribir la Balada de Senta, bajándola de tonalidad, pues la soprano que se ocupó del papel de Senta no podía cantarla a tono. Sin embargo, tras el estreno y en años sucesivos Wagner volvió a “tocar” la obra, lo que explica el hecho de que haya tantas versiones de la misma. Sea como fuere, lo más relevante de esta ópera es la maravillosa relación entre forma y fondo, la sinceridad de sus personajes y la salvaje inspiración de la música que la anima. Podrá haber más tarde un Wagner mejor, pero, seguramente,  será raro encontrar un Wagner tan directo y veraz.



Instrumentación

El holandés errante tiene una partitura para los siguientes instrumentos:

  • Dos flautas, picola, dos oboes, dos clarinetes en si bemol y Do, dos fagotes, cuatro trompas, dos trompetas, tres trombones, una tuba.

  • Tímpano, gong, helio fono.

  • Primer y segundo violín, violas, violonchelos, y contrabajos, un arpa.

  • En escena, tres piccolos, y  un gong.

La ópera presenta a dos personajes «poderosos», tanto a nivel psicólogo como interpretativo: el holandés, un papel para un barítono, tesitura nada frecuente en la época del estreno, y Senta, claro símbolo del tema de la redención, que siempre obsesionó a Wagner.



Acto I

Narra el encuentro de unos marineros con un misterioso buque, con las velas de color de sangre. En su viaje de regreso a casa, el capitán Daland es llevado por un tiempo tormentoso a buscar un puerto en el que refugiarse. El holandés errante está perseguido por una maldición, debido a que en una ocasión invocó a Satanás, y condenado a navegar sin reposo, al que cada siete años se le concede la posibilidad de bajar a tierra en busca de un amor puro que lo salve, con la muerte.


Richard Wagner - Der Fliegende Holländer - act 1



Acto II

Un grupo de chicas locales están cantando e hilando en la casa de Daland.  Senta, la hija de Daland, soñadoramente mira a una impresionante imagen del legendario holandés que cuelga del muro; desea salvarlo. Contra la voluntad de su haya, ella canta a sus amigas la historia del Holandés. Ella jura salvarlo a través de su fidelidad. El cazador Erik, anterior novio de Senta, llega y la oye; las chicas se marchan, y el cazador, que ama a la doncella, la advierte, hablándola de su sueño, en el que Daland regresa con un misterioso extranjero, que se la lleva al mar. Ella le escucha complacida, y Erik se marcha desesperado.

Daland, el capitán de la nave noruega, se lleva a casa al holandés; él y Senta se quedan mirando en silencio. Senta apenas nota a su padre, incluso cuando él presenta al invitado como su prometido. En el posterior dúo, que cierra el acto, Senta jura ser leal hasta la muerte.


Richard Wagner - Der Fliegende Holländer - act 2


Acto III


Posteriormente, esa misma tarde, las muchachas locales llevan comida y bebida a los hombres de Daland. Invitan a la tripulación del extraño barco que se unan a su alegría, pero es en vano. Las chicas se retiran maravilladas; formas fantasmales aparecen trabajando sobre la cubierta del buque El Holandés errante, y los hombres de Daland se retiran atemorizados.


Senta llega, seguida por Erik, quien la reprocha haberle abandonado, pues ella anteriormente lo amó y juró constancia. Cuando el extranjero, que había estado escuchando, oye estas palabras, queda sobrecogido por la desesperación, pues cree que ahora estará perdido para siempre. Llama a sus hombres, le cuenta a Senta la maldición, y para consternación de Daland y su tripulación declara que él es el "Holandés errante".

Al hacerse el Holandés a la mar, Senta se lanza al mar, diciendo que le será leal hasta la muerte. Esta es su salvación. El barco espectral desaparece, y se ve a Senta y el Holandés ascendiendo al cielo



Richard Wagner - Der Fliegende Holländer - act 3




Música

La música fue compuesta con gran rapidez: en sólo seis meses, durante la primavera de 1842.

En esta obra aparece por primera vez el leitmotiv: temas musicales asociados a personajes específicos o elementos dentro de la trama. La música, vital e impetuosa, hace una clara distinción de los tres espacios de la acción: el espectral del holandés, el realista de la gente de la población de Sandwike, donde transcurre la acción, y el espiritual en el que se encuentran el hombre atormentado y la mujer acogedora.

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